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haciendosurco

un mal día

Ayer Me sentí muy mal. con unas ganas incontenibles de meterme en mi casa y no salir hasta que me creciera la barba.

Hay días en lo que todo parece salir mal. Te levantas por la mañana y hay nieve en la calle. anoche decidiste pasar la noche en casa de un amigo para no tener que levantarte a las 6 para llegar al curso de la consejeria de cultura y solo tienes puestas las zapatillas que rapidamente quedan empapadas como esponjas. El curso es tremendamente aburrido y la calefacción no logra calentar el suelo de piedra de la capilla donde nos han metido a sufrir.
Por fin es mi turno para exponer mi pequeña charla. En el primer paso hacia el altar tiritando de frío y nervios repaso los puntos a tratar. Mis primeras palabras se agolpan con las segundas y las terceras, algo falla. no soy capaz de abrir la boca, está completamente seca. Reparto el material y no sé lo que estoy diciendo. Dentro de mi cabeza, de entre todo el discurso, sólo resuenan las muletillas. Me muevo hacia el ordenador, paso fotos al azar sin más programa que el explorador de internet, no dejo de intentar articular algo más que palabras vacías con la vista perdida entre la virgen del carmen, san bartolomé y la preciosidad de la primera fila. Me olvido de las fichas que tenía preparadas. Termino atropellado y con una sonrisa que me duele hacia abajo...
...
Aplausos. Muchos. Palmaditas en la espalda. Miradas de aprobación. No se lo que está pasando. Todo está muy borroso.

Las conferencias terminan y tomo un autobús hacia el centro. Decido probar de nuevo a conseguir un contrato de teléfono. Ya me han tumbado una vez por no poder probar que llevo viviendo en Inglaterra más de tres años. ahora me lo niegan por otra razón, algo que ver con mi cuenta corriente, demasiado corriente, quizá demasiado nueva. Me acuerdo de los colombianos de madrid que salían de la tienda de teléfonos de Mónica, con una cara parecida a la mía. Espero que nadie revise las cámaras de seguridad de la policía.

Trato de olvidarme del asunto en la tienda de ropa deportiva mejor localizada de todo londres. Me entretengo mirando las pasarelas de acero, los ascensores para zapatillas, los carteles de varios metros de longitud de los heroes deportivos mejor valorados por las cámaras, Pero no logran hacer que me olvide de los colombianos de madrid.

Salgo a la puerta y me llama Rubén. Me doy cuenta de que le estoy gritando por teléfono, o eso me parece, no estoy de humor. Debería irme a casa. Cuando le veo aparecer se me pasa el mal humor. Desde este punto hasta la estación de tren consigo que nada de lo que me pasa me cambie el humor a peor. En la estación pierdo un tren. me monto en otro y hago transbordo en siberia. Espero, me siento, espero, viene el tren, me siento, me duermo y despierto en la última parada que, por supuesto, no es la mía. Por suerte tengo la tarjeta de crédito para pagarme un taxi a casa. Necesito dormir y que se pase todo lo malo.

dedicada al cabrn de eldani

3 comentarios

el cabron del dani -

pues yo un día llegué a casa contento, sonriendo, porque no me había ido mal del todo. Los jóvenes de hoy en día os quejais por cualquier cosa.

Gangoso Doloso -

Enfermera! Me he vuelto a cagar encima!

pasmarotedeproa -

A mí me pasó algo ligeramente parecido el día 4, menos mal que por cada uno de esos días horrendos hay 3 o 4 cojonudos. Además, siempre queda emborracharse y rematar la faena!!