conversaciones geniales que nunca existieron (2)
Mariano iba andando tranquilamente, con la seguridad de no estar dando ni un paso en falso, cuando pisó una berenjena. No le dio mucha importancia. Alguno de los enemigos que nos acechan la habrá puesto ahí para que me tropiece y me caiga. Siguió andando, con un paso campechano, decidido. Otra berenjena chafada. Ya es mala suerte, pensó. Pasó un buen rato hasta que se dio cuenta de que se hallaba en mitad de un berenjenal, y de que fuera hacia donde fuera, no podría evitar pisar unas cuantas berenjenas más.
Días después, Miguel Angel Revilla, hombre que camina por los berenjenales esquivando grácilmente las berenjenas, pasó al lado de Mariano, y, en lugar de explicarle cómo salir de allí sin hacer mayor el estropicio, le arreó una sonora tollina. (mejor deja que cargue y ve al min. 4,36)
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